EL CUADRILÁTERO
Aquí,
contra las cuerdas,
sin medida de tiempo,
sin señal de campana.
Resistimos como héroes,
por no desterrarnos las raíces,
por no vomitar en la Historia.
La defensa es el grito
en la insensible boca del rival.
Se levanta el valor,
ir del puño a las armas,un vuelo de palomas en la frente.
Y pacíficos, tomamos asiento…
Sin dejarnos tirar,
manos y pies contra sus
desvaríos,
nausea de este trato improcedente. deshecho el corazón.
Nadie cerrará los ojos hasta nunca.
Esos que tienen por nombre tu rabia
y su progresión de estupideces:¡fuera del cuadrilátero!
Porque si no,
¿dónde nos llevarán? A enterrar las palomas.
Hola, Anita. Te encontré. Y te sigo, por supuesto.
ResponderEliminarUn beso.