“…briznas
de besos somos,
vegetal humus cálido nutricio de la muerte."
Pablo García Baena.
De primavera plagada de incertidumbre
al verano más gozoso
un sabor de pétalo se fija en la piel del labio.
Los ojos ágiles,
se despliega un mundo de adjetivos.
El nombre y el verbo juegan a la misma luz,
perfilan la grandeza del paisaje:
La vida un cuadro de tonos ardientes,
los pasos sumisos al veloz pie del tiempo.
Por un sendero de arista erosionada
abre el otoño su acuarela de cristal,
refugio del viento tibio y húmedo
que amusga todos los colores.
Célula a célula se resiste el verde
hasta que las hojas se desgajan
rendidas al pulso de los nuevos matices.
Del abrazo al beso amarillo,
a pinceladas de saliva roja,
va cayendo la ternura del ocre,
se sabe nos llegará el invierno.
La tierra reclama su ungüento nutricio,
vegetal humus cálido de la muerte,
donde ya habitan los besos
que un día quise poner en tus labios...
se fueron vacíos besando el aire.