Invisibles pespuntes
siempre cosidos a la tierra.
Azabache o azahar
en los pasos,
alas de caminante
en vuelo.
Sé que cuando os cansáis
salta el placer de aquel
origen:
el ligero galope,
compartir equilibrios
y destronar al aire…
Hoy me servís para cualquier
paseo:
como barcos de papel por el mar,
desnudos sobre arena de harina
o dando palmas sobre hojas de otoño.
Por caminos de piedra,
el calzado es siervo elegante.
Ahora os doy las gracias:
la caricia en mis manos
y el beso de soplo húmedo.
En el desván de las plantas
la música de las verbenas.
Si en un futuro no muy lejano
los pasos son lentos y cortos,
nuevos días se harán memoria
de otros tantos senderos,
esos que hice inmortales.
La emoción en circuito por la
piel
encenderá la senda invisible
y como un vuelo de alondras
daré mi paseo de cada tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario